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El Consumo Colaborativo como Modelo Socioecónomico Innovador

  • Josué Silva (México)
  • 27 nov 2021
  • 2 Min. de lectura

Autor: Josué Silva Ingeniero Industrial con especialidad en Educación (México)


Ha pasado mucho tiempo desde que el hombre inició con el comercio entre iguales, la gran variedad de cosas y servicios que el hombre ha intercambiado, es infinito y a su vez, ha promovido también el desarrollo de un sinnúmero de modelos económicos que regulan las reglas de las transacciones. El más significativo y que más adeptos tiene en el mundo es el sistema capitalista, donde las empresas de todos tamaños se dan a la tarea de explotar los diferentes recursos naturales para producir productos que resuelvan la mayoría de las necesidades de los consumidores.


De ahí proviene una de las graves consecuencias que hoy día sufre nuestra sociedad y el planeta a causa del consumismo: ¡La basura y el desperdicio! Porque las empresas se han enfocado en producir para desechar y volver a comprar y no tanto en reciclar, pongamos un ejemplo disruptivo, con algo de nuestro uso cotidiano y que, a lo mejor, de manera involuntaria, hemos dado la vuelta al modelo de consumismo clásico: La digitalización de los contenidos (fotografías, música, videos, libros), esta actividad ha permitido que la gente se dé cuenta que en muchos casos lo que se quiere no es el disco en sí, sino la música que está grabada. Con servicios como “Spotify”, la gente ha descubierto que no hay que poseer esa canción que solo se escuchará cuatro o cinco veces, sino por el contrario, se puede acceder a ella cuando se necesite y estar satisfecho.


Con la reciente crisis económica producida por la pandemia de la COVID-19, esta tendencia de poseer menos se ha extendido y ha llegado al ámbito de los bienes materiales, ya que la gente es más cuidadosa al gastar el dinero y observa qué tipo de retribución (en cuanto a felicidad o satisfacción) consiguen.


Consumo Colaborativo, Economía Solidaria o Economía Compartida son algunos de los términos utilizados para describir este movimiento que se basa en la habilidad de una sociedad para poder compartir bienes y servicios entre particulares y empresas a bajo costo, es decir, una persona puede utilizar un bien a menor costo, sin tener que adquirirlo, mientras que la otra puede ganar dinero de rentar o prestar sus bienes o servicios.

Algunos de los beneficios del consumo colaborativo son:

  • Ahorro. El beneficio principal del consumo colaborativo es que todo el mundo ahorra dinero, si se comparte la propiedad de un artículo o solo se paga por la propiedad durante un período determinado, la inversión es inferior.

  • El Consumo Colaborativo es social. La llegada de las redes sociales y la facilidad de compartir en línea ha hecho posible que compartir la propiedad de artículos sea más sencillo y práctico. En el siglo XXI, queremos compartir. Además, cada vez nos definimos más a nosotros mismos por nuestros perfiles sociales y por lo que compartimos, no por lo que poseemos.

  • El Consumo Colaborativo es ecológico. Compartiendo nuestros recursos salvamos la tierra: reducir, reciclar, reusar, reparar y redistribuir son la base del consumo colaborativo.

El ejemplo actual y perfecto del modelo de Consumo Colaborativo o Economía Compartida, es el caso de la empresa Airbnb, cuyo modelo se recomienda estudiar, si es del interés del lector incursionar más a fondo sobre el tema.

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